Los placeres violentos terminan en la violencia,
y tienen en su triunfo su propia muerte, del mismo modo
que se consumen el fuego y la pólvora
en un beso voraz.
#
Como si nunca
hubiese existido,
#
¡Bella, deja esto ahora mismo!Era su voz. Evité pensar en su nombre, pero me sorprendió que su
sonido no me hiciera caer de rodillas y acurrucarme en el pavimento por la
tortura de la pérdida. No sentí ninguna pena, ninguna en absoluto.
Todo se me aclaró por completo en el momento en que escuché su
voz. Como si mi cabeza hubiera emergido repentinamente de algún pozo
oscuro. Era más consciente de todo, la vista, el sonido, la sensación del
aire frío que no había notado que estuviera soplando cortándome la cara,
los olores que procedían de la puerta abierta del bar.
Miré a mi alrededor en estado de shock.
Vete con Jessica, ordenó la misma voz adorada, todavía furiosa. Me
prometiste no hacer nada estúpido.
#
Mantén tu promesa. La voz se iba desvaneciendo como si alguien
bajara el volumen de la radio.
#
Pero su voz se desvanecía.
Avancé otro paso para probar.
Bella, da media vuelta, gruñó.
Suspiré aliviada. Era su ira lo que yo quería oír, aunque fuera falsa y
un dudoso regalo de mi subconsciente, que me hacía creer que yo le importaba
#
eres lo que mas quiero en este mundo,
no te vasta con eso??
#
por un amor que durara TODA una eternidad
-